Ella sabía, lo sabía bien. Consumía palabras de un frasco de fresas bonitas que tenían sabor a lo que ya había vivido. Esos sueños que ya había soñado que la tenía grande. De pronto dijo: - ¿Somos felices?. Porque las redes algún día nos atraparán. Yo comía de esas redes que te atrapan. Redes seductoras y transparentes.
Tu transparencia me agradaba, podía volar con solo pensar en el sabor de acariciar tu pelo; de acariciarte.
También había un tigre, de esos peligrosos pero sabios, que le mencionó que cantando vería la luz. ¡Limón!.
¡Ácido! gritábamos. Esperando que algún alma los viniera a consolar, por el dolor que sentíamos todos. Dolor, sabor, risa... ¡Qué desgracia! No entendía una sola palabra, él me hablaba en código morse. Una raya y un punto y nuestros días estaban contados.
Volviendo al tema... la tenía chica en realidad. Si,si ella lo había notado.
Me reí, sí, el jueves era nuestro. Las oraciones brotarían.
¡Aaa! que no brote nada. Que sólo brote de mi corazón tu dulce amor.
Pd: La gelatina que está en la heladera es MÍA.