Montañas que contornean pasillos antiguos.
Con pasos de uniformidad.
Delirio de jóvenes vestidas en tazas de té.
Pimienta roja, le dijimos.
Arde en rojo y en encuadres negros.
Con una simple mirada puede alegrarnos mañanas.
Y éstas palabras que me llevan a derramar lágrimas de felicidad y melancolía.
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