martes, 15 de marzo de 2011

Leerlo escuchando While My Guitar Gently Weeps

Me atreveria a decir que todo esto se ve algo esponjoso. Quisiera redimir algunos momento como inclusiones o puntos de partida a mi corazón. Sugiero un giro ventoso donde todos nuestros malestares sean disuelto en la taza caliente de la vida. Como lava en polvo. Día tras día partimos con un futuro reflejado en las sienes, pero al fin y al cabo es solo iniciativa y ficción, ¿verdad? Hasta que pisamos la carretera meticulosa de la objetividad o de los sucesos visibles. Bien, ahora dime si puedo pisar el medio una vez mas.
La belleza se dirige plenamente a las plegarias de las cuevas. De los que quieren salir. La bondad no se atesora, sino que se esparce y, con eso, se establece mas fuerte. La música es la realeza fantástica de las motrices de la vida. La que comanda el barco de los deseos y la aurora de tus ojos.
Cabello aloque o anaranjado, de tanto rocio tenue por las mañanas: te extraño. Si regresaras vestido de cereza y me miraras, solamente con eso, me asociaria a la libertad. Probablemente me haga socia del destino. No sé. Y hay tantas cosas que no sé, que a veces me molesta. Entonces ¿bailamos la tempestad? Sólo ansio verte pronto.
El incomprensible paraje de las estaciones es tan escrepuloso como el viaje de las nubes. Me voy. Me voy a través de la música. Me voy con cuidado y me ausento de los porvenires. Llevaré arroz y vestiré un tapado azul (para que me reconozcas). Para que me admires. Sólo vos, por que el resto: dejó de importarme hace rato.

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