jueves, 24 de febrero de 2011

Quiero ser un turista


No había emblema que me hubiera hecho reflexionar, y tampoco indicios en forma de maqueta. No quería desplazarme, no quería la evasión.
La lluvia resbala entre las grietas de la tierra y formaba charcas alrededor de los banquillos. 
Demacrado y consumido día en la tierra: No te vuelvo a pisar.
Conseguí lo que quería con la sorpresa de que nunca pasa lo que uno imagina.
Decidido y concreto: a veces la perfección no es lo que mas nos llama. Gigantesco, siniestro y repulsivo Buenos Aires. Hoy te desprecie, y seguramente mañana vuelva a adorarte.

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