lunes, 10 de enero de 2011
Me haces bien
Y como no extrañarte si estás a un centenar de kilómetros de aquí, con tu humo, tus venerables adicciones y esa gente que te hace tan bien. Como saber que día piensas volver, si tu rumbo no fue preciso y no conoces sobre que pies vas a caminar. Y sellá un rastro de luz, para que lo pueda seguir, y saciar mis sed. Te extraño, y sé que el tiempo es largo. Me quedaré sentada en la sala de espera, para cuando dispongas abandonar la habitación de fuego y pasar a buscarme, y así, irnos juntos hacia lo incalculable.
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